martes, 15 de junio de 2010

Uniformando

Por: Melba Pairazaman

El mejor negocio de algunos y la peor desgracia de otros
La droga no discrimina
Uno de los principales problemas que agobian a nuestra sociedad es la drogadicción sin importar de distintos estratos sociales. Cada día son más las personas que las consumen, existen en más cantidad y las facilidades para conseguirlas crecen.
Pero es inaceptable que los niños también se involucren en ese mundo tan peligroso.
El consumo de estas sustancias se ha vuelto más permisivo, lo que hace creer que si se consume no perjudicará a nadie. Una creencia poco lógica.

Muchos son los caminos

¿Los factores? Son muchos. Problemas en casa, miedo, rechazo por parte del grupo amical, la moda, etc.
A veces, los adolescentes y  jóvenes prueban drogas por curiosidad, por estados de ánimo, o porque el grupo presiona para hacerlo.
Otra de las causas es porque muchos escolares son víctimas de violencias en sus propios colegios. Este factor influye mucho, ya que muchos escolares ven en la drogas un refugio para ocultar su debilidad e impotencia.
Y es justo en esta parte que los micros comercializadores se hacen presentes, aprovechando la vulnerabilidad de los adolescentes.
Sea cual sea la causa, muchos escolares toman decisiones equivocadas para solucionar los problemas de su entorno. De este modo, creen saber que lo que hacen es lo correcto y creen saber que son más valientes que otros por andar con pandilleros. Pero la frecuencia con la que sigan consumiendo se convertirá en una situación muy complicada, como la que muchos otros pasan.
Sin darse cuenta, pueden ya ser dependientes de algunas de estas sustancias.

Lucha constante

Creo que la prevención comienza en casa. Mayor atención  y protección a sus menores hijos nunca está demás. Pero no equivocarse en sobreprotegerlos, porque al final terminan huyendo.  En los adolescentes varones es una tarea difícil.
Por otro lado, las campañas de prevención deben ser permanentes y seguir fomentándolas de diversas maneras. Los centros educativos, tiene que incluir en forma sostenida, cursos de prevención del uso de drogas y alcohol.
Incluso, la Policía Nacional debe brindar seguridad en los exteriores de diversos colegios. Su labor debe centrarse en la prevención de la venta de drogas y actos delictivos contra alumnos e incluso docentes.
Aún la seguridad es mínima y por ello los micros comercializadores siguen haciendo de las suyas.
Entonces, la misión es crear conciencia y reeducar en valores a los adolescentes. No cansarnos de mostrarles las diversas consecuencias en las que pueden caer por culpa del consumo de drogas y ser parte de bandas delictivas.
A pesar de las noticias diarias que todos vemos, los adolescentes aún no pisan suelo y no quieren ver esta realidad llena de violencia y de alto riesgo. No obstante, continuar previniéndolos podría salvar a muchos antes que la droga termine por consumirlos a ellos.

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